La pérdida y el desperdicio de alimentos supone un problema de extrema gravedad que afecta a toda la sociedad. Son muchos los agentes implicados que deben actuar para ayudar a reducir los desperdicios, desde la producción agrícola, gestión y almacenamiento, tratamiento, distribución hasta el consumo final.
Ante esta situación queda claro que falta un plan de concienciación y sensibilización sobre esta problemática entre todos los sectores de la cadena.
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) define el desperdicio de alimentos como el despilfarro o uso alternativo (no alimentario) de alimentos seguros para el consumo humano a lo largo de la cadena de suministro de alimentos, desde la producción primaria hasta el consumo final.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los hogares españoles tiran a la basura más de 1.360 millones de kilos de alimentos cada año. Una media de unos 30 kilos por persona, una cifra demasiado alta que debemos combatir.
Cuando se pierden o desperdician alimentos, todos los recursos que se utilizaron para su producción -como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital- se desaprovechan. Además, la eliminación de los alimentos perdidos o desperdiciados en vertederos genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que contribuye negativamente al cambio climático. La pérdida y el desperdicio de alimentos también pueden tener repercusiones negativas en la seguridad alimentaria y la disponibilidad de alimentos, y contribuir a aumentar el costo de la alimentación. En este sentido, y según datos del estudio Save Food (publicado por Ayuda en Acción y Albal), cada español pierde 250 euros al año por desperdiciar comida.
Nuestros sistemas alimentarios no pueden ser resilientes si no son sostenibles. De ahí la necesidad de centrarse en la adopción de enfoques integrados concebidos para la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Es necesario adoptar medidas a escala mundial y local para aprovechar al máximo los alimentos que producimos. Para introducir este cambio transformador es fundamental incorporar tecnologías, soluciones innovadoras a través de aplicaciones móviles como Coometas y Encantado de Comerte (link al vídeo), nuevas formas de trabajar y buenas prácticas con miras a gestionar la cantidad y la calidad de los alimentos producidos y a aprovecharlos mejor.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12, Producción y consumo responsables, busca garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, y establece en concreto la meta de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores, y reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro. Con siete años por delante para alcanzar este hito, es imperativo agilizar las medidas encaminadas a solucionar el problema y construir un futuro más sostenible.
Es una labor de todos, y desde Yaya´s Consulting vamos a intentar ofrecer nuestra ayuda para que entre todos pongamos nuestro granito de arena para reducir esta cantidad de desperdicios.
¡Esperamos que os ayude!