Si hay algo que nos recuerde la urgente necesidad de reformular nuestros sistemas alimentarios es el fenómeno de la llamada paradoja del hambre: mientras que millones de personas en el mundo sufren hambre crónica, aproximadamente un tercio de todos los alimentos producidos se desperdician cada año.
Esta desconcertante realidad nos hace plantearnos preguntas cruciales: ¿cómo es posible que en un mundo en el que se desperdician toneladas de alimentos haya quien sufre de inseguridad alimentaria? ¿Es posible revertir esta situación? Si los sistemas alimentarios son capaces de producir comida para todo el mundo, ¿qué estamos haciendo mal?
La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ofrecen una hoja de ruta clara para responder a estas preguntas. El Objetivo 2, Hambre Cero, y el Objetivo 12, Producción y Consumo Responsables, presentan pistas para abordar esta contradicción.
CODESPA, comprometida con el desarrollo sostenible, se une a organizaciones internacionales y a otras empresas del sector privado en la lucha contra el desperdicio alimentario.
Reducir el desperdicio haciendo más sostenibles los sistemas alimentarios
Informes de la FAO o estudios como el de The Institution of Mechanical Engineers lo tienen claro: si revertimos la tendencia del desperdicio alimentario podríamos llegar mejor a la población que sufre de inseguridad alimentaria.
Por eso, concienciar a la población y a los agentes implicados sobre las consecuencias del modo en que producimos y consumimos tiene un impacto directo en la disponibilidad de los alimentos.
Además, la voluntad de reducir el desperdicio no sólo garantiza la seguridad alimentaria, sino que también promueve prácticas agrícolas sostenibles, contribuye a la preservación del medio ambiente y fomenta sistemas de producción más inclusivos.
En la conquista de estos objetivos, CODESPA implementa proyectos en comunidades vulnerables para erradicar el hambre y fomentar prácticas sostenibles.
Ante estas cifras desalentadoras, la paradoja del hambre representa una oportunidad para innovar en el modo de concebir la alimentación y la sostenibilidad.
A nivel individual, cada uno tiene un papel relevante en esta lucha. Al modificar nuestros hábitos de consumo y apoyar iniciativas locales, contribuimos a revertir el rumbo de esta realidad.
Construir un futuro más sostenible para todos
Según las previsiones de la ONU, en 2050 la población mundial rondará los 9.500 millones de personas, lo que podría suponer tres mil millones más de bocas que alimentar. Una cuestión clave para hacer frente a este crecimiento demográfico radicará en cómo producimos más alimentos en un mundo donde los recursos están sometidos a distintas presiones.
Es hora de reconocer que la lucha contra el hambre y el desperdicio alimentario han de contemplarse como dos caras de la misma moneda de enorme relevancia para construir un futuro sostenible.
Al trabajar juntos para alcanzar los ODS, abordamos esta paradoja y transformamos la manera en que producimos, consumimos y compartimos los recursos alimentarios disponibles en el planeta.
Desde CODESPA, invitamos a todos a unirse a nosotros en este viaje hacia un mundo donde cada alimento cuenta en la construcción de un futuro más equitativo y sostenible.